Love is like a bucket because it´s orange.

El que tenga ojos para leer que lea

30.9.09

Mabel

Está Juan. Y Julio. Y Oscar. Están Juan, Julio y Oscar y la negrura de la noche sobre el mar. Juan cree que si entorna un poco los ojos la débil luz del farol le deja ver unos metros más allá. Julio solo piensa en la discusión que tuvo con Mabel y que ella tenía razón una vez más. Oscar solo desea de una vez por todas regresar al amanecer a Jericoacoara, Jeri si hay confianza, con suficientes atunes y caballas para vender.

Primer día de trabajo. La monotonía se siente en los huesos. El horizonte es más infinito que nunca.

Julio cuenta que cuando conoció a Mabel no fue amor a primera vista. Que solo veía volados de colores que interrumpían la charla con un vaso de vino. Que primero vinieron los volados y despúes Mabel.

La red se mueve pero la ilusión dura lo que un suspiro. Un poco de viento caliente la sacude y Juan de pronto recuerda que atender la hostería no estaba tan mal.

De a poco la noche va aflojando. Las horas que parecían eternas finalmente cedieron. A Juan le gustaba como mirase donde mirase nada se podía ver. Ya comenzando el alba pudo ir divisando los límites de la barca y a Oscar. De Julio nunca más supieron nada.